sábado, 22 de septiembre de 2012

Como me lo contaron ...te lo cuento.



 Ante lo siguiente no me queda mucho que decir .Notese que el restaurante pertenece al grupo Gaviota.
Empresa que pertenece a las FAR(Gracias Michel). Este Kcho es el que pide que los artistas cubanos trabajen voluntariamente por la revolución. En fin saquen ustedes sus propias conclusiones.



Cocina Cubana. Viaje a imaginación. la Restaurante Kike-Kcho
La profusión de nuevos sitios y otros que mantienen su justo reconocimiento dónde comer en un país como Cuba, ecléctico y cosmopolita desde su propio nacimiento, es hoy un reto para los amantes de lo gourmet, que comienzan a dejar atrás la visión arcaica de una cocina cubana solo centrada en el criollismo, la abundancia y el fácil hacer. Ejemplos sobran de que, con mucha imaginación y aunque a veces no estén todos los recursos a la mano, la multiplicidad de lugares donde no solo comer y hacerlo bien, sino a la vez vivir una aventura gourmet, puede desbordar la imaginación del más aventurero sibarita. Solo hay que desandar las calles soleadas de las ciudades y playas, adentrarse en la campiña cubana, y a cada paso encontraremos una mesa dispuesta al convite y al asombro. Comer hoy en Cuba es, además de un placer, retar a nuestra propia imaginación.
Restaurante Kike-Kcho el más exclusivo gourmet de Cuba
Exclusivo, encantador y único, este restaurante es uno de esos lugares que uno puede recomendar a cualquiera con los ojos cerrados, seguro de que nunca se decepcionará.
Cada tres días un barco se hace a la mar desde la Marina Gaviota, la última dársena que corona la Península de Hicacos, en Varadero, para buscar en las profundidades del mar algunas de sus más preciados tesoros en pescados y mariscos. Frescos llegan hasta el criadero ubicado al final del pequeño muelle o directamente a la cocina, donde el chef internacional Juan de Dios los devuelve a la mesa convertidos en exquisitos manjares, que elogian hasta los más exigentes gourmet. Esa es la clave de Kike - Kcho, un restaurante del cual se puede decir sin temor alguno que es único no solo en Cuba, sino posiblemente en todo el Caribe, fruto de la imaginación del experimentado patrón de barcos Kike y del artista plástico cubano Kcho. Ambos, fascinados por el mar y sus secretos, ayudaron a pensar este lugar, caracterizado por tener las mejores langostas de Cuba, que pueden escogerse vivas en sus piscinas, una excelente selección de carnes tratadas con un proceso de maduración por más de treinta días o una gran selección de ahumados exclusivos. En su cocina mediterránea no se ha escatimado nada para garantizar los mejores productos culinarios, los ingredientes más saludables, el aceite de oliva extravirgen y el pescado o marisco más fresco posible, que ellos mismos sacan del mar. Su calidad es tal, que allí el precio deja de importar, y los clientes dudan ante la carta no por el dinero, sino porque es difícil decidirse ante las múltiples fantasías culinarias que sugiere. Esta exclusiva oferta la completa una exquisita y cuidada selección de vinos reconocidos internacionalmente, que duermen en una cava que alberga los mejores y más caros caldos del mundo, pero a su vez deja espacio para deliciosos espirituosos y licores, y hasta para los infaltables habanos. Pero antes de terminar de almorzar o cenar, ya sea en pareja, en grupo o en un bien pensado banquete, dele un digno final a la orgía que vivirá su paladar con cualquiera de los postres que se ofertan. Escoja, si quiere, con los ojos cerrados, posando el dedo sobre cualquier nombre. Y hágalo así no solo con los postres, sino durante toda la cena. Kike - Kcho es uno de esos lugares donde cualquiera que sea la elección, la calidad nunca lo decepcionará.
Restaurante Kike - Kcho Especialidad: Pescados y mariscos Horario: 12:00hr – 11:00P.M Autopista Sur y Final. Punta Hicacos, Varadero, Cuba. Telf: +(5345)-664115 y 664132 Email: reserva@marinagav.co.cu  /comercial@marinagav.co.cu  www.gaviota-grupo.com

sábado, 1 de septiembre de 2012

Summer Rain


      Lluvia de verano



 -Son casi las cinco,tengo que llegar a mi casa para llorar un rato-pensó mientras caía en su cesta de mercado  un carísimo acondicionador capilar, y siguió,todavía le quedaban muchas cosas por comprar.
Vivía en Venecia cerca del agua, húmeda siempre(ella),una brisa casi marina refrescaba su rostro… pero no,le faltaba sal a ese mar que no era Caribe,le faltaba azul a ese cielo    inescrutable,sin nubes.Gris.
Siguió comprando y compró la carne,mucha, kilos que nunca comería ,era costumbre la carne,extrañaba un buen trozo.Paradojas del destino!Se fue entre otras cosas por falta de carne,aquí es lo que se sobra,pero le sigue faltando.De la otra,de la que no venden en mercados caros,de la que a ella no le da la gana de pagar .El innombrable la llamó a su móvil,máquina del tiempo capaz de convertir el día en noche,ineludible,destructivo.No respondió.
    Era verano, supuesto verano en una ciudad supuestamente bella, en un país supuestamente vivo.
     El picadillo si le gustaba, un buen picadillo con arroz blanco y un huevo frito, eso era la vida, no esos spaguettis con poca salsa y poca grasa y poca agua que "El" comía.Otra llamada del innombrable, desde que perdió su nombre la llamaba mucho. El innombrable.
Nunca había llamado a nadie así, tampoco nunca había deseado tanto echar atrás el tiempo y doblar derecha donde cogió izquierda, decir que no donde su respuesta fue si, vender donde compró.
    Casi cinco en punto y todavía me queda por comprar cachú.El siempre se reía cuando la oía decir cachú ,así pela´o y se reía mas cuando le discutía que como el cachú de allá de "su" isla no había. Y era verdad la combinación de sabores es distinta, aquí hay ketchup con picante, sin picante, dulce, menos dulce, con y sin gluten , dietético, para sordos e hipoacusicos y con luces de colores pero como el de allá ninguno.Compró tres pomos distintos, para probar y salió.
   El innombrable le sonaba ,ahora en la cabeza.Nunca más lo vio desde la noche en que deseó no haberlo visto nunca.Lo vio besar otra boca con esa que hasta ayer había sido su boca,lo sintió feliz, reír de chistes viejos, olió su perfume tan de cerca y se sintió tan lejos. 
-Me cago en..!
Ahora no recordaba donde había aparcado su moto,odiaba las góndolas.Solo eran mentiras flotantes,donde todos suponían el amor.
   Triste desenterrar un nombre enterrado,triste no saber adonde mirar sin leerlo en cada  muro,triste querer huir de donde siempre se quiso estar.Triste desarraigar barrio y amigos(todos varones)triste,"tritre".
 Así decía cuando sus recuerdos se volvían agua que corría por su cara,así decía de niña cuando no estaba nadie más que su abuela para consolarla,siempre fue una niña triste,no por falta de nada,sino más bien por exceso,a veces la ponía triste saber que la querían tanto, que había tanto amor a su alrededor y era todo para ella,el amor es algo triste,es "un adiós que no termina".
   Ahora era tan común estar triste que ideó un horario para llorar,todos los días una hora,se reventaba trabajando,dando gracias y vuelva pronto en todos los idiomas(Venecia era también una ciudad turística)pero no lloraba hasta las cinco y 17 de la tarde,encerrada en su apartamento,sola,desnuda,sin que la viera nadie,solo lloraba,dejaba que las lágrimas bajaran por sus senos y se convirtieran en pequeños charcos en su ombligo,que se mezclaran con sus aceites hidratantes de l'oreal y le recordaran esos de allá, de los bordes de las calles sucias de su Centro Habana que se llenaban de arcoiris luego de cada lluvia.¿El innombrable lloraría como ella?No sabía ni quería saber o no quería saber que lo sabía.
  Eran casi las cinco  y si no encontraba rápido su moto empezarían a llover palmeras por primera vez en la ciudad de Venecia.
                                                                            
                                                            La habana jueves, 13 de noviembre de 2003 

El Ausentista


  EL    AUSENTISTA



      El hombre se levanto en medio de la madrugada, tenia sed, se sirvió un vaso de agua y bebió, le sintió un gusto raro. Al  regresar a la cama   se encontró con su cadáver,aun dormido. 
   Sonrió y pensó que por primera vez tenia una muy buena excusa para faltar al trabajo.

                            Roberto San Martín 
                                             Madrid
                                     10 de octubre de 2006