sábado, 1 de septiembre de 2012

Summer Rain


      Lluvia de verano



 -Son casi las cinco,tengo que llegar a mi casa para llorar un rato-pensó mientras caía en su cesta de mercado  un carísimo acondicionador capilar, y siguió,todavía le quedaban muchas cosas por comprar.
Vivía en Venecia cerca del agua, húmeda siempre(ella),una brisa casi marina refrescaba su rostro… pero no,le faltaba sal a ese mar que no era Caribe,le faltaba azul a ese cielo    inescrutable,sin nubes.Gris.
Siguió comprando y compró la carne,mucha, kilos que nunca comería ,era costumbre la carne,extrañaba un buen trozo.Paradojas del destino!Se fue entre otras cosas por falta de carne,aquí es lo que se sobra,pero le sigue faltando.De la otra,de la que no venden en mercados caros,de la que a ella no le da la gana de pagar .El innombrable la llamó a su móvil,máquina del tiempo capaz de convertir el día en noche,ineludible,destructivo.No respondió.
    Era verano, supuesto verano en una ciudad supuestamente bella, en un país supuestamente vivo.
     El picadillo si le gustaba, un buen picadillo con arroz blanco y un huevo frito, eso era la vida, no esos spaguettis con poca salsa y poca grasa y poca agua que "El" comía.Otra llamada del innombrable, desde que perdió su nombre la llamaba mucho. El innombrable.
Nunca había llamado a nadie así, tampoco nunca había deseado tanto echar atrás el tiempo y doblar derecha donde cogió izquierda, decir que no donde su respuesta fue si, vender donde compró.
    Casi cinco en punto y todavía me queda por comprar cachú.El siempre se reía cuando la oía decir cachú ,así pela´o y se reía mas cuando le discutía que como el cachú de allá de "su" isla no había. Y era verdad la combinación de sabores es distinta, aquí hay ketchup con picante, sin picante, dulce, menos dulce, con y sin gluten , dietético, para sordos e hipoacusicos y con luces de colores pero como el de allá ninguno.Compró tres pomos distintos, para probar y salió.
   El innombrable le sonaba ,ahora en la cabeza.Nunca más lo vio desde la noche en que deseó no haberlo visto nunca.Lo vio besar otra boca con esa que hasta ayer había sido su boca,lo sintió feliz, reír de chistes viejos, olió su perfume tan de cerca y se sintió tan lejos. 
-Me cago en..!
Ahora no recordaba donde había aparcado su moto,odiaba las góndolas.Solo eran mentiras flotantes,donde todos suponían el amor.
   Triste desenterrar un nombre enterrado,triste no saber adonde mirar sin leerlo en cada  muro,triste querer huir de donde siempre se quiso estar.Triste desarraigar barrio y amigos(todos varones)triste,"tritre".
 Así decía cuando sus recuerdos se volvían agua que corría por su cara,así decía de niña cuando no estaba nadie más que su abuela para consolarla,siempre fue una niña triste,no por falta de nada,sino más bien por exceso,a veces la ponía triste saber que la querían tanto, que había tanto amor a su alrededor y era todo para ella,el amor es algo triste,es "un adiós que no termina".
   Ahora era tan común estar triste que ideó un horario para llorar,todos los días una hora,se reventaba trabajando,dando gracias y vuelva pronto en todos los idiomas(Venecia era también una ciudad turística)pero no lloraba hasta las cinco y 17 de la tarde,encerrada en su apartamento,sola,desnuda,sin que la viera nadie,solo lloraba,dejaba que las lágrimas bajaran por sus senos y se convirtieran en pequeños charcos en su ombligo,que se mezclaran con sus aceites hidratantes de l'oreal y le recordaran esos de allá, de los bordes de las calles sucias de su Centro Habana que se llenaban de arcoiris luego de cada lluvia.¿El innombrable lloraría como ella?No sabía ni quería saber o no quería saber que lo sabía.
  Eran casi las cinco  y si no encontraba rápido su moto empezarían a llover palmeras por primera vez en la ciudad de Venecia.
                                                                            
                                                            La habana jueves, 13 de noviembre de 2003 

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